25 años dela invasión

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LA PRENSA SÁBADO 20 DE DICIEMBRE DE 2014

* SI BIEN EL DIRECTOR DEL INSTITUTO CUENTA HOY QUE INTENTÓ AYUDAR, LO CIERTO ES QUE CUANDO LLEGÓ LA HORA DE LA VERDAD LOS TOMASITOS SE QUEDARON SOLOS. LAS HERIDAS DE ESA GUERRA ESTÁN EN LA PIEL Y EN LOS RECUERDOS. aviones Hércules. Volaron hacia las áreas de Howard o Cocolí, cerca del Canal de Panamá. La invasiónse inicióantes de la medianoche, rememo- ra el hoymayor de la Policía, Fernando Rivera. También era un tomasito. Se usaron aviones caza furtivos F-117 Nighthawk que lanzaban bombas, helicópteros AH-64Apacheensobrevue- lo de la base, y naves C-130 que soltaban paracaidistas. Dos compañías de las Fuer- zas de Defensa operaban en Río Hato: los Machos de Monte y la Expedicionaria Mecanizada. Un artículo de la revista Lotería de marzo-abril de 2012 recoge varios testimo- niosde esanoche enRíoHa- to. Escrito por Pantaleón García, califica de “notables” las divisiones de ese ejército. La compañía Macho de Monte salvó a Noriega del ataquedeMoisésGiroldi el 3 de octubre de 1989, y había asumido tareas en la capital. La Expedicionaria, en cam- bio, no acudió al llamado de auxilio ante el intento de de- rrocamiento, y era mal vista Y LAS FUERZAS DE DEFENSA...

HISTORIA. El Instituto Militar Tomás Herrera fue fundado en 1974 y desapareció con la invasión al igual que la Escuela de Formación de Oficiales Benjamín Ruiz, fundada por Manuel Antonio Noriega en 1986. Cortesía

por el rigor de la disciplina castrense. Sus alumnos te- nían entre 15 y 18 años de edad. En general eran hijos de campesinos, de trabaja- dores y de pequeños comer- ciantes, con laposibilidadde optar por carreras de carác- ter civil, policial o militar. Eran parte de la generación llamada a regentar el país una vez regresara el Canal a manos panameñas. La ma- yoría son ahora abogados, ingenieros, médicos, y algu- nos, muy pocos, policías. “Recibíamos 15 materias, 9 de bachillerato y 6 de tec- nología. No era una escuela militar. Fuealgomuy injusto [el ataque] porque los grin- gos sabían que éramos es- tudiantes. Ellos conocían el área perfectamente”, asegu- ra López Cedeño, hoy abo- gado de profesión. Dice que si no hubiera si- do por el grito de ¡ students !, la siguiente granada habría cobrado su vida. Recuerda que resultaron heridos al menos 10 de sus compañe- ros y que el único soldado de las Fuerzas de Defensa de Panamá que estaba junto con los tomasitos era el sar- gento primero FelipeMaga- llón,quevivíaenlacordillera central, enElCopé.Lodiode baja un proyectil disparado desdeunhelicóptero.Nunca aparecieron los militares responsables de supervisar a

ADOCTRINAMIENTO. Los militares tenían como costumbre ordenar pintar murales y letreros con motivos nacionalistas o de cumplimiento del deber. Cortesía

los muchachos, coinciden varios entrevistados. Los abandonaron “sin orientación ni protección”, denunciaDavidOcálagan, el segundo al mando en la ins- titución. En ese momento trabajaba en la Unidad Es- pecial Antiterror (Uesat). Su

moradores les dieron acogi- da.Losotros recibierontrato deprisionerosdeguerray los subieron encapuchados a

versión se publicó el año pa- sadoenundiario local, luego de que los últimos tomasitos lo invitaran a un encuentro social. Entonces aprovecharon para contarle sus historias y mostrarle sus heridas. “Si yo, un simple te- niente, tenía información de que era altamente posible que se diera la invasión

esanoche,imagíne- se los de mayor rango. Fue una irresponsabilidad con esos chiqui- llos. Imagínese la angustia de los pa- dres”. Algunos toma-

sitos lograron salir y desplazarse por entre la maleza, mu- chos de ellos en paños menores. Escaparon al pueblo de Río Hato donde

ESCUDO. Un libro y dos sables con la bandera panameña como fondo. Cortesía

FORMACIÓN. Desde 1974 hasta 1989 se graduaron cientos de estudiantes de sectores populares. Cortesía

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